El síndrome del impostor/a, a grandes rasgos, es un fenómeno psicológico que se caracteriza por una carencia de seguridad personal y una falta de confianza en las capacidades propias, junto con una percepción interna que los éxitos, logros o cualquier cosa muy hecha son fruto de la suerte o de circunstancias favorables, y no del esfuerzo o del talento.
Esta sensación de duda e inseguridad puede ser muy intensa y, en algunos casos, puede llegar a ser paralizante para las personas que la sufren. Los estudios indican que las mujeres y las personas que pertenecen a grupos minoritarios son más propensas a experimentar el síndrome del impostor/a, una realidad vinculada a la presión social y las expectativas impuestas tanto desde fuera como desde uno/a mismo/a.
Para identificar el síndrome del impostor/a, es importante estar atento/a a algunas señales emocionales: el miedo constante de no estar a la altura, la preocupación excesiva por lo que piensen los/as demás y la tendencia a subestimar los propios éxitos pueden ser indicaciones notables. Es importante reconocer estas emociones y entender que, a pesar de que todo el mundo experimenta inseguridades y dudas, no significa que constantemente hayamos de desmerecer nuestros éxitos. Si hemos conseguido algo bueno, parte de responsabilidad tendremos, ¿no?
Para superar el síndrome del impostor/a, es importante trabajar en la propia autoestima y confianza, así como en la capacidad de aceptar y valorar los éxitos individuales. Si bien es bueno reconocer que hay factores que están fuera de nuestro control que influyen en nuestros éxitos (porque quererlo controlar todo tampoco es una opción válida), es importante entender que cualquier éxito es, efectivamente, fruto tanto de las las propias capacidades, como de la suerte y las circunstancias.